viernes, 25 de mayo de 2012

Otra rosarina a los Juegos Olímpicos

María Gabriela Best pasó con éxito uno de los mayores desafíos de su carrera y será olímpica por segunda vez. Junto a su compañera María Laura Abalo logró el segundo puesto en la final del Preolímpico intercontinental de Lucerna, Suiza, en dos remos largos sin timonel y se aseguró una de las dos plazas que había en disputa para los Juegos de Londres.
En el clasificatorio más duro hacía la máxima cita del año, la rosarina dio otra muestra de su estirpe de gran deportista.
La dupla argentina, que se consagró en la misma modalidad el año pasado en los Panamericanos de Guadalajara, terminó segunda en la final A con un tiempo de 7m 20s 05/100, quedando detrás del binomio alemán conformado por Kerstin Hartmann y Marlene Sinnig, que ganó en 7m 17s 88/100.
El sueño de María Gabriela y María Laura empezó en 2009, cuando lograron el noveno puesto en el Mundial Senior en Poznan, Polonia. Entonces, Best convenció a Abalo de que podían ir en busca de la cita olímpica y, ¿por qué no?, hacer historia.
Tan especial y esperado era este Preolímpico para Best, que para eternizar el momento se llevó a Suiza a sus afectos más cercanos: además de su novio viajó su mamá Leticia Palazzolo, especialmente para motivarla, igual que su hermana Andrea, quien esperó acercarle la suerte a través del bebé que espera. El pan bajo el brazo esta vez era una clasificación olímpica.
Estamos orgullosas de formar parte del equipo femenino más grande de la historia de los Juegos
"Ya estamos en Londres, ahora vamos por la final Olímpica. Estamos muy felices por haber logrado el primer objetivo. Sabemos que tenemos que seguir trabajando y mejorando. Estamos orgullosas de formar parte del equipo femenino más grande de la historia de los Juegos" dijo Best desde Lucerna.
La rosarina tuvo su primera experiencia olímpica en Beijing 2008, cuando terminó 16ª en single scull. Para llegar a Londres 2012 podría haberse asegurado fácilmente un lugar en el Preolímpico de Tigre que se disputó en marzo. Pero la rosarina, que entonces juró "no querer ir a pasear a los Juegos" apostó por llegar a la máxima cita en dos remos largos sin timonel. La decisión, entonces, la obligaba a buscar la plaza en el clasificatorio europeo (que incluía dicha modalidad), con los mejores remeros del mundo. La apuesta podía significar quedarse afuera de los Juegos, apenas por un segundo. Pero asumir el riesgo significaba algo más: superar la prueba en este contexto era una buena vara para saber para qué estará esta dupla en los Juegos.

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